Elizabeth Merlich padeció durante un año y medio diversos síntomas que afectaron su salud y su calidad de vida. Después de varias transfusiones de plaquetas, múltiples hemorragias nasales, y la consulta con muchos médicos, fué diagnosticada como paciente terminal de un tipo de cáncer llamado leucemia mieloide aguda.
Elizabeth Merlich vive en México y durante un año y medio se sometió a 118 quimioterapias y a varias operaciones con un costo de hasta 150 mil dólares. Ya la habían desahuciado y se tuvo que amparar legalmente para poder seguir recibiendo sus tratamientos.
Búscando una solución a su enfermedad viaja a Frankfurt, Alemania, siempre acompañada de una andadera y de su tanque de oxígeno.
Al llegar a Frankfurt es internada en un hospital militar para realizarle una operación en los pulmones y así evitar que estos se llenaran de agua. Es en este hospital alemán es en donde, además de la operación, le administran un tratamiento con dióxido de cloro.
En 3 días de tratamiento con Dióxido de Cloro, Elizabeth siente una notable mejoría y por fin, después de mucho tiempo, puede respirar sin la ayuda de el tanque de oxígeno.
A los 15 días regresa a México considerablemente recuperada, ya no utiliza el tanque de oxígeno y en muy pocas ocasiones requiere usar la andadera. Actualmente su índice de plaquetas ya es normal y prácticamente está libre de riesgos.
¿Qué es la leucemia mieloide aguda?
El cáncer se origina cuando las células en alguna parte del cuerpo comienzan a crecer sin control. Existen muchos tipos de cáncer. Las células en casi cualquier parte del cuerpo pueden convertirse en cáncer.
Las leucemias son cánceres que se origina en las células que normalmente madurarían hacia los diferentes tipos de células sanguíneas. Con más frecuencia, la leucemia se origina en formas tempranas de glóbulos blancos, pero algunas leucemias comienzan en otros tipos de células sanguíneas. Existen varios tipos de leucemia que se dividen basándose principalmente en si la leucemia es aguda (rápido crecimiento) o crónica (crecimiento más lento), y si se inicia en células mieloides o células linfoides.
La leucemia mieloide aguda (AML, por sus siglas en inglés) se inicia en la médula ósea (la parte blanda del interior de ciertos huesos, donde se producen las nuevas células sanguíneas), pero con más frecuencia también pasa rápidamente a la sangre. Algunas veces se propaga a otras pMédula ósea, sangre y tejido linfático normalartes del cuerpo, incluyendo los ganglios linfáticos, el hígado, el bazo, el sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal) y los testículos.
Con más frecuencia, la AML se origina de células que se convertirían en glóbulos blancos (pero no en linfocitos), pero a veces la AML se desarrolla en otros tipos de células formadoras de la sangre.
A la leucemia mieloide aguda (AML) se le conoce por muchos otros nombres, incluyendo leucemia mielocítica aguda, leucemia mielógena aguda, leucemia granulocítica aguda y leucemia no linfocítica aguda.
Médula ósea, sangre y tejido linfático normal.
Para entender la leucemia, ayuda saber acerca de los sistemas sanguíneo y linfático.
Médula ósea.
La médula ósea es la parte blanda del interior de ciertos huesos que está formada por células productoras de sangre, células adiposas y tejidos de soporte. Una pequeña fracción de las células productoras de sangre son células madre sanguíneas.
En el interior de la médula ósea, las células madre sanguíneas se convierten en nuevas células sanguíneas. Durante este proceso, las células se convierten en linfocitos (un tipo de glóbulo blanco) o en otras células productoras de sangre, las cuales son tipos de células mieloides. Las células mieloides se pueden desarrollar en glóbulos rojos, glóbulos blancos (que no son linfocitos) o plaquetas. Estas células mieloides son las células anormales en la AML.
Tipos de células sanguíneas.
Existen tres tipos principales de células sanguíneas:
- Los glóbulos rojos transportan oxígeno desde los pulmones a todos los demás tejidos del cuerpo y devuelven el dióxido de carbono a los pulmones para ser eliminado.
- Las plaquetas en realidad son fragmentos celulares producidos por un tipo de célula de la médula ósea que se llama megacariocito. Las plaquetas son importantes para detener el sangrado, pues ayudan a tapar los orificios de los vasos sanguíneos causados por heridas o hematomas.
- Los glóbulos blancos ayudan al cuerpo a combatir infecciones.
Existen diferentes tipos de glóbulos blancos:
- Los granulocitos son glóbulos blancos maduros que se desarrollan de los mieloblastos, un tipo de célula productora de sangre en la médula ósea. Los granulocitos tienen gránulos que aparecen como manchas al observarlos al microscopio. Estos gránulos contienen enzimas y otras sustancias que pueden destruir gérmenes, como las bacterias. Los tres tipos de granulocitos (neutrófilos, basófilos y eosinófilos) se distinguen por el tamaño y el color de sus gránulos.
- Los monocitos son glóbulos blancos que se desarrollan de los monoblastos productores de sangre en la médula ósea. Después de circular en el torrente sanguíneo por aproximadamente un día, los monocitos ingresan en los tejidos corporales para convertirse en macrófagos, los cuales pueden destruir algunos gérmenes rodeándolos y digiriéndolos. Los macrófagos también ayudan a los linfocitos a reconocer gérmenes y producen anticuerpos para combatirlos.
- Los linfocitos son glóbulos blancos maduros que se desarrollan de linfoblastos en la médula ósea. Los linfocitos son las principales células que forman el tejido linfático, que es una parte importante del sistema inmunitario. El tejido linfático se encuentra en los ganglios linfáticos, el timo (un pequeño órgano detrás del esternón), el bazo, las amígdalas y las glándulas adenoides, y se encuentra diseminado a través de los sistemas digestivo y respiratorio y la médula ósea. Existen dos tipos principales de linfocitos, denominados células B y células T.